martes, 21 de enero de 2014

FALLO DE LA HAYA Y DEFENSA DEL MAR DE GRAU DESDE LOS INTERESES DE LAS MAYORÍAS

Encarando fallo de La Haya y el mar de Grau desde los intereses de las mayorías 
¿Qué hacer desde las izquierdas?

Por Willy Zabarburú Goñáz

 


Próximos a la sentencia de la Haya sobre el diferendo marítimo que enfrenta a los países hermanos de Perú y Chile. Los grupos de poder, empresariales, medios de comunicación y gobierno todo, promueven un sentimiento patriótico con un aire generalizado de triunfalismo y mucho chovinismo. Pareciera que ya hemos "ganado". Aflora en muchos el tradicional anichilenismo y los medios seguramente conforme pasan los días lo alentarán más. Personajes nefastos como García Pérez o los fujimoristas aparecen como adalides de patriotismo y democracia.

Sin embargo ¿qué pasa en nuestro mar y en el mar de Chile? Y más aún, ¿qué pasa en la zona que está en disputa? Y ¿qué puede decir sobre ello TyL y el FA?. ¿Lo único que pasa en nuestro mar es que los chilenos se apropiaron de una faja y que luego de un fallo favorable nos será devuelto y todo será felicidad?

Lo real es que el mar (tanto peruano como chileno) está cada vez más dominado por unos cuantos grandes grupos pesqueros que como CORPESCA y Angelini de Chile o Galsky, Tasa o Copeinka de Perú, lo depredan, hasta poner en peligro de extinción, especies como la anchoveta y el jurel.  Que violan las cuotas de pesca, o  que pescan sin licencias o permisos. Que evaden impuestos. Son los mismos que hace pocas semanas a través de la SNP hicieron una millonaria campaña contra el DS 005-2012 que intenta ordenar la pesca de anchoveta. Y también nuestro mar es agredido todos los días con la contaminación de las actividades extractivas y la basura que generan las industrias y las grandes ciudades.
 
Sería el momento de hablar de recuperar soberanía con democratizar el uso del mar, hoy día controlado por una decena de grandes grupos industriales exportadores. Sería una buena ocasión para demandar de la Haya, desde Holanda, que resuelva con equidad, pero decir que aquí (en nuestros países) debe haber respeto a nuestros recursos hidrobiológicos. Una oportunidad para exigir que las partes en conflicto cumplan con la sentencia del Tribunal, pero qué se cumplan también las leyes de respetar los límites de pesca industrial (harina y aceite de pescado) y qué la prioridad de la pesca sea para la alimentación popular y para alentar la industria gastronómica que genera empleo.

Qué a la vez que se fomenta encendidos llamados a defender a la patria y unidades nacionales, se llame también a defender las fajas costeras, los lechos y fondos marinos, las bahías y a las especies que los habitan de la contaminación con basura y desechos industriales, de la propia pesca industrial y los barcos arrastreros, de los relaves  mineros como Southern contra la bahía de Ite, por ejemplo, etc. De la casa  inmisericorde y cruel de delfines para usarlos como carnada de tiburones.

Sabemos que hay un sentimiento de patria que es grande y extendido, del que somos parte también la izquierda,  y las fuerzas democráticas. Pero el mismo no debe ser usado como un gran manto para esconder  los graves daños que el extractivismo en su versión pesquera – así como también las malas prácticas industriales – generan contra los recursos que son de todos y todas las peruanas.